Salí del bar y lo vi, esquivando a la gente con la lengua afuera y la mirada desatada: el mismo perro que nos había seguido la noche anterior. En ese segundo me prometí escribirlo todo.
viernes, 24 de junio de 2011
Yo
¿Niña con alas? Nada de eso. Soy sólo un conejo poeta siempre distraído que a veces se deja pinchar por la parte violeta de sus miedos.
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