Y entonces me miró, me agarró los cachetes y se rió de la textura chiclosa de mi carne y le parecí hermosa y yo bajé la mirada porque era tanto y la certeza de amar llega como la patada de un padrillo en celo que no sabe para dónde galopar.
Si amás mis pecas me amás toda.
Qué bien!!!
ResponderEliminar